lunes, 31 de enero de 2011

Thomas Lynch, el hombre que recibe las malas nuevas




En la solapa de la edición en castellano de Bodies in motion and at rest(Cuerpos en movimiento y en reposo), leemos lo siguiente:

Thomas Lynch, poeta y ensayista norteamericano, director por más de veinticinco años de una funeraria en Milford, Michigan.

Muerte, poesía y funeraria, un cóctel nada despreciable para el lector que hinque el diente a este libro que agrupa ensayos sobre la muerte, lo mejor de todo es que no deja indiferente a nadie. Thomas Lynch despliega con infinidad de recursos nuevas posturas, puntos de vista, exabruptos, reflexiones, polémicas, ante el tan fatídico destino de los seres humanos. En la introducción del libro, toda una declaración de principios, Lynch nos dice por qué escribe: “Algunas veces la gente me pregunta por qué escribo. Porque, les contestó, no juego al golf.”(1)Así, con esa implacable sinceridad y notable sentido del humor negro, está compuesto esta serie de dieciocho ensayos que giran sobre hechos autobiográficos, el aborto, las mujeres, los negocios funerales, el golf, cristianismo, la pesca, la poesía, y todo con el fin de poner en perspectiva a la muerte.

Reseñar este libro en su totalidad es perjudicarlo, es matarlo, es enterrarlo, ya que la poesía y la fineza con la que Lynch aborda cada ensayo, es para un placer absolutamente privado. Aunque su autor, en los agradecimientos de la colección, nos dice: “”los libros no se hacen solos. Los ensayos aquí incluidos, aunque escritos en privado, le deben su existencia a una comunidad mucha más amplia de colegas, vecinos, amigos y familia. Elementos todos con los que he sido generosamente bendecido”. (2) Simplemente se debe leer, en privado, en silencio y en reposo.

Como los seres humanos nos contradecimos mucho más de lo que se piensa, leamos algunos fragmentos de la colección de ensayos y así la recomendación no es tan fallida y apreciamos mejor la capacidad de este escritor tan críptico como sublime.




Sobre vientres y úteros:

Sin embargo, hay quienes argumentarán que el embarazo y el aborto son asuntos de la mujer, del cuerpo de la mujer. “No es asunto tuyo” me dicen algunas veces."Cuando los hombres puedan quedar embarazados, entonces podrás hablar." ¿Será entonces que, en el fondo, el problema no es más que un asunto de úteros? Y en ese caso, ¿la biología sí es destino después de todo? Como si los condones, aquellos que se ajustan al pene masculino no fueran en modo alguno asunto de mujeres. (3)

Estudios bíblicos:

Siempre termina siendo lo uno o lo otro: películas semipornográficas o la Biblia publicada por Gideons International. Cuando se trata de matar el tiempo en hoteles finos, siempre me abruman, por un lado, ideas de desnudez y peligro, y por otro, el asunto de la salvación de mi alma. (4)

Tal y como somos:

“No le gustaría que lo vieran así”. Como si a los muertos, ya sanos y a salvo en el cielo u olvido que quieran que habiten, les importara un pepino la apariencia. (5)

Decca, Dinky, Benji y yo:

Tantas cosas han cambiado desde aquel verano de 1.963. Kennedy, Vietnam, la televisión a color, el amor libre y las millas de vuelo acumuladas. La manera como vivimos y morimos en fecto ha cambiado, pero le hecho fáctico de que vivimos y morimos, permanece.(6)


Corolario

Para finalizar, dejaremos en palabras del propio Lynch su visión del tema mortuorio en una entrevista realizada por Adriana de la Espriella para la revista El Malpesante, quien fue traductora de su libro The undertaking , conocido como El Enterrador, altamente recomendado en castellano, ya que la traducción realizada por Adriana es brillante.

El lenguaje de sus ensayos está muy distante del tono que prevalece en la mayor parte de la literatura sobre la muerte, bien sea de orientación religiosa, espiritual o la de los libros llamados de autoayuda. ¿Cómo ha sido recibido por los lectores?

Existe la tendencia a hablar de la muerte bien sea en términos puramente científicos o recurriendo a consuelos sentimentales; es decir, a asumir que se trata de un evento exclusivamente biológico o exclusivamente psicológico. Lo primero es demasiado clínico y lo segundo demasiado melo-so. Los clérigos tienden a tratar la muerte como un evento sólo o totalmente religioso, y tristemente, algunas personas del negocio de las funerarias lo tratan como una venta más. La verdad es que la muerte es eso y mucho más: es un evento existencial que desafía todos los aspectos de nuestra humanidad. Yo aprendí a ver la muerte y a hablar sobre ella como lo hacía mi padre: como algo que les pasa a los muertos y a los vivos que los sobreviven, y nuestro trabajo es ayudar a los vivos a encargarse de sus muertos. El lenguaje que aprendí de él era sencillo, compasivo, cuidadoso y real. Fue una buena enseñanza.Creo que los lectores responden a ese tipo de escritura porque no exige que sean de una fe determinada o de un sistema de creencias, ni que cambien sus heridas más profundas o sus sentimientos confusos por una especie de “tristeza light”.(7)


Secuencia de títulos Six Feet Under, serie de HBO inspirada en The Undertaking.


Citas:

1. 1. Cuerpos en movimiento y en reposo, Thomas Lynch. Editorial Alfaguara. Traducción: Juan Manuel Pombo. Página 19.

2. Ídem. Página 17.

3. Ídem. Página 79.

4. Ídem. Página 57.

5. Ídem. Página 104.

6. Ídem. Página 139.

7. Entrevista publicada en El Malpensante. http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=1158&pag=1&size=n

8. Visita su WEBSITE: http://www.thomaslynch.com/1/234/index.asp

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